Montreal es una ciudad con muchos barrios, cada uno único en su propio estilo. Sin embargo, para realmente conocer esta ciudad cosmopolita, por qué no empezar desde el inicio: el bello e histórico Old Montreal.
Descubre una mezcla cautivadora del estilo europeo y de la creatividad avant-garde mientras das un paseo por las calles empedradas. Piérdete en la abundancia de su arquitectura, arte, cultura y más. Súbete a una bicicleta para pasear las calles ventosas o visita una boutique de moda moderna de camino a un monumento histórico. Old Montreal es una mezcla increíble de lo nuevo y lo antiguo. Aquí te mostramos una guía rápida para ayudarte a que veas lo mejor de ambos mundos.
Caminar a través del pasado de Montreal
Comienza tu tour por la encantadora ciudad antigua en el east end, en donde la arquitectura con estilo del Segundo Imperio del City Hall conserva una presencia imponente (hot tip: ve la gran explanada con sol atrás del edificio). Justo cruzando la calle, aventúrate al Chateau Ramezay, un sitio histórico y museo que ofrece un vistazo a la vida de la nobleza del siglo 18 de Montreal. No muy lejos de ahí, puedes admirar una vista extensa del Río St. Lawrence desde Nelson’s Column, un monumento al Almirante General de la Armada Británica, Horatio Nelson, construido después de su muerte en la Batalla de Trafalgar.
Tómate un tiempo para caminar en el Place Jacques-Cartier, explorando esta gran plaza pública llena de restaurantes, tiendas, música en vivo y artistas callejeros. El Marché Bonsecours con su domo color plata, la capilla Notre-Dame-de-Bon-Secours y el Museo Marguerite Bourgeoys están todos muy cerca y vale la pena visitarlos para conocer más sobre la historia y herencia de Montreal.
Atracciones frescas y lugares fotogénicos
Dirígete al sur hacia la línea costera de St. Lawrence para darte una idea de la relación de Montreal con el agua, pasada y presente. En el Old Port, da un paseo a pie por el malecón hacia la Playa Clock Tower y el Terrasses Bonsecours, lugares muy populares para pasar el rato con un clima más cálido. Todos los inviernos, miles de personas se ponen sus trajes de nieve y se reúnen en el puerto cercano para el Igloofest, un festival al aire libre de música electrónica.
Mientras caminas hacia el oeste, puedes ver el Montreal Science Centre y el cine IMAX o pararte para darte un masaje en el spa Bota Bota, que es único por estar en un ferry convertido en un templo de transcendencia. De ahí, puedes utilizar el lente con más zoom de tu cámara para ver más allá del agua unas vistas increíbles de las casas entrepuestas en cubo de Habitat 67 y el icónico silo de granos Silo #5, un recordatorio poderoso del pasado industrial de la ciudad.
Con un clima más cálido, los barcos de cruceros y los barcos para paseos mantienen muy activa la zona costera de Montreal; en todas las temporadas, un paseo a lo largo del embarcadero te da una vista perfecta para una postal del horizonte de la ciudad.
La historia de la ciudad, manifiesta
Una de las paradas que debes hace en Old Montreal es la impresionante Basílica de Notre-Dame. Una joya de la corona de la herencia religiosa de Montreal, la basílica se encuentra en Place d’Armes en donde también encontrarás una plaza con una estatua del fundador de Montreal, Paul de Chomedey. Con sus techos elevados pintados de oro, figuras talladas en madera y su impresionante órgano de tubos, la Basílica te dejará sin aliento.
Después, continúa el oeste hacia el Pointe-à-Callière Montreal Museum of Archaeology and History. Fue construido en el mismo día del nacimiento de la Ciudad de Montreal y actúa como el punto más destacado de la historia de la ciudad que data del siglo 14, al usar reliquias arqueológicas, exhibiciones y presentaciones. Si no has saciado tu deseo de historia, dirígete al Centre d’histoire de Montreal, un museo ubicado en un cuartel de bomberos a principios de 1900 cerca de donde está el primer edificio parlamentario de Canadá.
De regreso al presente, con arte y diseño
Por supuesto, Old Montreal no sólo ofrece conocer el pasado. Visita el complejo artístico de PHI Centre y la galería DHC/ART Foundation for Contemporary Art muy cerca de ahí, para ver obras innovadoras de todas partes del mundo. Si no te importa desviarte un poco, dirígete al oeste hasta el centro de arte visual Darling Foundry. Las exhibiciones modernas alternativas y provocadoras del centro valen la pena la caminata.
Si en cambio prefieres explorar sin un destino particular en mente, dirígete a Saint-Paul Street. Esta pequeña calle pintoresca está llena de cosas que ver. Esta calle ofrece una mezcla cautivadora de edificios de hace siglos, galerías de arte modernas y boutiques de diseñadores, y realmente reúne lo que es Montreal: una ciudad que aprecia el pasado pero acoge su futuro.
Para más información en Old Montreal, o para empezar a planear tu viaje, revisa el sitio web de Tourism Montreal.